miércoles, 9 de mayo de 2012

96.


El hielo que envolvía mi corazón se derritió y liberó así un torrente de emociones que ahora recorre mi cuerpo, busca corromperme pero yo sigo imperturbable. Tranquilizo mi alma haciendo que escuche el delicioso sonido de una guitarra eléctrica, un solo en una canción no muy conocida pero terriblemente pegadiza. Hoy no me siento con ganas de nada, me quedaré en la cama reflexionando sobre el pasado, el presente y el futuro. De repente, mis músculos se tensan. Comienza en mí una sensación extraña y me siento observada. Creo que me estoy volviendo loca. Desde que cayó el muro que me separaba del resto del mundo me siento, constantemente, fuera de lugar. Me siento tan desprotegida, con el corazón al aire, mis emociones parecen expuestas en una galería sucia y desvencijada perdida en Old Town.

No hay comentarios:

Publicar un comentario