miércoles, 10 de julio de 2013

246.

De pie, mientras te esperaba, pasaban demasiadas personas a mi alrededor y ni una se parecía a ti. Daba caladas regulares a mi cigarro mientras me cabreaba conmigo misma por haber olvidado los cascos en casa. Debí haber previsto que no pensabas venir, que una vez más sólo jugabas conmigo, que por mucho que me esforzara no conseguiría ser para ti algo más que un molesto mosquito. Al final no sirvió de nada pasarme una hora maquillándome, escogiendo la ropa adecuada, depilándome, pintando las uñas para que me vieras atractiva, quizá un poco más adulta y madura de lo que realmente soy. Aunque acabe llorando como cuando era pequeña y mi madre me sacaba la piruleta. Daba igual lo fuerte que lo intentara, las ganas que le pusiera, supongo que siempre estaría sola. Y en ese momento sentía que me incapacidad para mantener a la gente que quiero a mi lado crecía rapidamente.