martes, 23 de octubre de 2012

186.


Una sonrisa fugaz, apenas una mueca, cruzó su cara. Rápidamente, apartó la mirada, incómoda. Como echo de menos aquellos tiempos en los que me miraba absorta, cuando hablábamos de todo. Pero eso fue antes de este infierno personal, en el que fui condenada a un rechazo por tiempo indefinido, a nadar en la melancolía. Que ahora, cuando miro al cielo ya no tengo con quién compartir las formas de las nubes. Así que me dedico a ahogar mis penas en licor, y cuando muera tumbadme en un lecho de rosas, por favor.

domingo, 21 de octubre de 2012

185.

Y no entiendo por qué estoy sentada en mi sofá mirando las estrellas, porque la abuela siempre decía que cuando alguien muere se va al cielo. Todas las noches desde hace más de siete años hablo contigo, al menos, lo intento, espero que me escuches. Y ojalá pudiera abrazarte, saltar entre tus brazos como hacía de pequeña. Necesito que me expliques el mundo, que me apoyes, que me ayudes a controlar mi vida. Daría lo que fuera porque pudieras volver.

184.

I´m gone.

183.


Mis calcetines con ositos panda y mis pantalones de pijama de "El Principito" luchan contra esta depresión que me ha entrado al ver tus fotos. Intentan calentar mi alma rota. Pero yo me siento caer, cada vez más hondo. Sí, has muerto, para mi has muerto. Ya no te veo, ahora eres un simple recipiente de semen, espero que disfrutes descargando tu ira sobre otras. A lo mejor, no la descargas, la acumulas, y el día que mis múltiples gilipolleces te cansen, explotarás para mi. Sería divertido pero no viviré para verlo, ya ni tu ira descargas conmigo. Y me precipito en un enorme vacío, me gustaría que hubiera alguien aquí, tranquilizándome.

jueves, 18 de octubre de 2012

182.


Ebria, daba tumbos por una carretera perdida por el mundo. Me había bebido mi propia alma, y ahora me tocaba aguantar hasta que saliera el sol. Pero todo giraba, giraba rápido a mi alrededor, y no me sostenía en pie. Algo en mi interior hace que lo odie todo. Amarte, justo en aquel momento, me hacía morir por dentro. Y desperdiciaba mi tiempo, quemaba mi alma. Pero te sobreviví. Yo sobrevivo a todo, y me siento invencible y derrotada a la vez.

181.


Te da sólo una prueba, pero tu lo quieres todo. Y si realmente le quieres, arderá tu corazón.

180.

Sólo quiero una buena dosis de amor, contigo, bajo las sábanas. Mientras la lluvia choca contra la ventana. Refugiándome entre tus brazos, escapando del frío de este mundo tan falso. Llévame de vuelta a casa. Me sentía tan perdida, y sola, sin nada más que perder y entonces te conocí, sin siquiera saberlo había encontrado eso que estaba buscando, la pieza que faltaba en mi rompecabezas. Y todo lo que fui, todo lo que soy, te pertenece.

jueves, 11 de octubre de 2012

179.


Girar y girar y caer sobre tus brazos, tirarte al sofá y echar a reír hasta que me duela la tripa de tanto quererte. Mirarte a los ojos y verme reflejada en ellos, sentir las palmas de tus manos recorriendo mi cuerpo, tus mordiscos en el cuello. Corro hacia el móvil cada vez que me suena solo para ver si es un mensaje tuyo, y canto, y río, y bailo, y grito al mundo lo mucho que te quiero. Me duermo con la cabeza apoyada en el hueco de tu hombro, con tu brazo por encima y acariciandome en la mejilla. Y aquí cuento lo feliz que me haces, porque creo que sí, creo que me quieres. Que me encanta que me beses en la frente, que me susurres al oído, me encanta que en tu mano ponga "Propiedad de Vivi" y, en definitiva, me encanta ser la elegida. De entre todas las mujeres que conoces, ser yo a la que quieres, a la que besas. Me encantas.

sábado, 6 de octubre de 2012

178.


Deja de romperme, ya, me estás destruyendo, desaparece. Quiero seguir aquí, estoy luchando, cada día abro los ojos aunque despertar sea un tormento, peleo por ti. Porque te prometí seguir aquí pasase lo que pasase, pero deja de jugar conmigo. Me deshago en lágrimas y cada segundo que pasa queda menos de mi, ya estoy harta, voy a salir de esta, entera no, porque tú tenías todo de mi pero me construiré una nueva vida. Y sí, te veré y estarás tan guapo como siempre pero me resistiré. Porque esto se ha terminado, ya basta. Escalaré y saldré de este enorme agujero aunque cada vez que te miro a los ojos me veo morir.

jueves, 4 de octubre de 2012

177.


Vuelvo a ser Amy, admirando mis múltiples moratones, destruyéndote, cargándome todo lo que se pone a mi alcance. Y no tengo ganas de poner hielo a mis magullados nudillos. Me agarro las rodillas y lamo mis heridas. No sé donde estoy ni de donde vengo, no sé que me has hecho. Caigo y caigo y caigo, en una negra espiral de ira y dolor. Y me vuelvo a sentar en el alféizar de mi ventana, cantando "You sent me flying". Me siento lejos, lejos de ti, del mundo en general, como si hubiera cogido el tren equivocado. Ya no sé como bajarme, no sé como despertar, como levantarme.

miércoles, 3 de octubre de 2012

176.


De rodillas en el baño y con tu carta en la mano, me dejé someter a las violentas náuseas que diariamente me asediaban. Llovía contra las ventanas y sobre mis mejillas, cuando caí sobre el suelo agotada. Ni siquiera ahora soy consciente de cuando cerré los ojos pero soñé con aquella vez que quedamos en el "Starbucks" y hablamos del frío, pero no pude hablarte del frío que me recorría la espalda y aprisionaba mi corazón. No, no hablamos de nada, y cuando terminé mi café, me alejé casi a la carrera. Me encendí un cigarrillo, y pensé en las miles de vueltas que da la vida. En que, al final, nosotros, que hasta en la cuna nos contábamos todo, terminamos como dos desconocidos, tomando un café y hablando del tiempo.

martes, 2 de octubre de 2012

175.


Viendo los brazos anchos y fuertes de aquel hombre, pensó que ojalá unos brazos así la abrazasen en las noches en las que se sentía terriblemente sola. Se encendió un cigarrillo, sacando a la luz su lado de femme fatale. Y entonces él levanta la mirada del suelo y recorre su cuerpo, empieza por las botas Dr Martins, analizando las medias negras como si le fuese la vida en ello. Se sintió incómoda y dejó de mirarlo, aunque giró la calle y lo perdió de vista, ella seguía pensando en aquellos brazos, en que necesitaba alguien así en quién buscar consuelo. Y entonces, dio una larga calada a su cigarrillo, y echó a correr, escapó del mundo.