jueves, 10 de mayo de 2012

102.


Me estaba duchando cuando, de repente, me asaltó el recuerdo de aquello que había soñado hacía un par de noches. Lo había olvidado ya, no sé por qué pero me afectó bastante. Hacía tiempo que no pensaba en ella así, además, parecía más real de lo que debería. Salí de la ducha, me sequé y fui a buscar la guitarra. Todo parecía mejor cuando era cantado acompañado de una buena melodía. Comencé a cantar sobre sus firmes muslos sobre mis piernas, sus labios acariciando suavemente mi cuello. El viento parecía traerme el olor de su champú y las palabras no paraban de fluir hacia fuera. Y, bueno, así compuse mi "obra maestra", no volví a componer, tampoco volví a ver a aquella chica del vestido corto negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario