martes, 27 de diciembre de 2011

17.


Él es el que realmente me hace feliz. Con una simple palabra es capaz de cambiar todo mi mundo. Cada vez, que me habla, que me sonríe, es como si se parara el mundo. O algo así. La verdad es que no sé como explicarlo. En cierta forma es como si yo fuera adicta a él, a hablar con el, a ponerme roja cada vez que me dice que estoy preciosa aunque me acabe de levantar y parezca medio zombi. Y sí, vale, podría simplemente cagarme en la madre que parió a la distancia pero eso no haría que 1136 km desaparecieran de repente, en realidad, lo único que haría sería enfadarme y eso, no es conveniente que pase, según mi psiquiatra. También podría ponerme melancólica y pasar los días pensando en ti, en cómo sonríes, en tu forma de hablar, en todas las canciones que escuchamos, en los dibujos… Y eso, seguiría sin cambiar nada. Así que, voy a quedarme aquí sentada esperando a que llegue el día que puedas venir a verme. Que, por cierto, espero que llegue pronto porque estoy deseando achucharte muy muy fuerte.  

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