jueves, 6 de septiembre de 2012

157.


Me queman los pulmones, no puedo respirar porque me arden. Y ya no lloro, porque se me secaron los ojos de tanto llorarte. Prendí fuego a la que fue nuestra cama, la que compartimos durante años. Quemé tus cartas y tus fotografías, la camisa que me regalaste, la libreta que compré para apuntar los sitios a los que queríamos ir. Quemé todo. Me aseguré de que ardiera bien, cogí la botella de gasolina y me la eché por encima. Ojalá sientas tanto dolor como yo ahora, algún día, puede que ni hoy ni mañana, me da igual, solo espero que algún día te des cuenta de cómo me has hecho sentir, y que lo pases tan mal como yo. Es egoísta pero no me importa. Pásalo bien, escuchando gemir a tu puta, te esperaré en el infierno y espero que sufras pensando en ello.

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