sábado, 5 de enero de 2013

208.

Pensé que dolería, que dolería mucho. Pero no dolió, hasta que fui al baño y me bajé los pantalones. Olía fatal y cuando bajé la mirada vi que mis bragas preferidas, unas blancas con un lacito rosa de Hello Kitty, estaban rojas. No lloré, no me asusté, simplemente me las saqué, me puse unas nuevas y lavé con jabón las otras. Mi madre entró en el baño y se puso histérica, cuando comprendió cogió el teléfono y se lo contó a media familia. Yo leí las instrucciones y me puse un tampón. Estaba cansada, y me daba igual. Hasta me dieron un regalo por ser mujer ya. Lo cierto es que no entendía como se ilusionaba así por algo tan asqueroso. Pensé que dolería, pero no dolió. Y en cuatro días paré de sangrar. No me importó una mierda, pero me habían hecho un regalo, aunque yo seguía siendo una niña. A veces pienso que aún lo sigo siendo, pero quién sabe, a lo mejor Peter Pan es mi padre y conservo sus genes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario