martes, 15 de enero de 2013

213.


Me doy cuenta de que me alejo de todo. Lo llaman evadirse de la realidad, yo no le veo nada de malo. Y tampoco lo hago a posta, es que, de repente, veo mi mundo reducido a la música, los libros y los cigarrillos. Paso temporadas enteras en las que dedico todo mi tiempo y atención a leer, escuchar, observar, respirar... Son momentos de reflexión, normalmente sufro de un revés de la vida y a continuación me evado de la realidad, aunque yo prefiero decir que me meto en mi mundo. Poca gente lo entiende ya que no todo el mundo tiene la capacidad de centrarse totalmente en algo. Yo, sin ir más lejos, me distraigo cada dos por tres, aún así puedo meterme dentro de mi burbuja de paz.  Ahora, no paro de leer, de fumar, de observar, de probar comidas nuevas, de salir a correr horas enteras,... Cuando me preguntan algo, respondo de forma concisa, hago los deberes de clase y como lo que me ponen en el plato. Sólo hay una persona que cambia el curso de mi vida, para él siento que no tengo secretos y sé que si me duermo apoyada en su hombro, no me pasará nada malo. De alguna forma, me saca de mi mundo y me mantiene conectada con el mundo real, hace que me sienta viva, es difícil explicarlo y lo cierto es que me faltan palabras para hacerlo, pero yo le quiero, es lo único que sé con certeza. En este momento, es lo único que sé.

1 comentario:

  1. que bonito! es fazil querer a alguien que acaba convirtiendose en nuestro mundo real y a la vez te ayuda a evadirte de él

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