viernes, 13 de abril de 2012

77.

Alejándome de los romanticismos y los estereotipos de adolescente que hoy nos envuelven. Mi coca-cola no afecta a mi cerebro como antes, en vez de despertarlo lo embota. Y hace que no pueda pensar. Mis remedios habituales ya no surten efecto. Creo que estoy enfermando y por eso ya no sirven, ni siquiera el polvo de hadas. Quizá empiece a ser "adulta" y los chupa-chups no puedan salvarme. Ya es tarde, el pájaro ha volado. Mi abuelo dijo que la juventud cuando se va, no regresa. Pero aún así, yo espero, pacientemente, con la jaula abierta, mantengo vivas las esperanzas de que solo haya ido a dar un paseo. No quiero enfrentarme al mundo. Todavía no estoy preparada.

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