viernes, 6 de abril de 2012

75.

Te quiero, poco, pero te quiero. Por todas las veces que me cuelgas el teléfono sin despedirte. O las que ni siquiera te dignas a cogerme. Por despertarme alegremente a las seis de la mañana echándome un cubo de agua fría. Por no callarte cuando  leo (intento leer). También por cuando haces que me ría. Cuando me defiendes "a muerte". Todas esas escasas veces en que está claro que hay amor de hermanos, aunque sea poco. Lo hay, y siempre lo habrá. 

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