domingo, 24 de junio de 2012

133.


      
Pasé la noche abrazada a él, tenía tanto miedo. No paraba de temblar y mi boca estaba poseída por un inusual sabor metálico. Mi cabeza estaba apoyada en su hombro, susurraba palabras sin sentido. La cabeza me daba vueltas o, quizá, era el mundo lo que giraba a mí alrededor. Durante todo ese tiempo, él, mi hermano, estuvo a mi lado. Sujetándome. Pero yo no dejaba de desear que fueras tu. Te necesitaba para estar ahí, aunque supongo que no aguantar'ias un solo segundo así. A veces pienso que no entiendes nada. Y eso es todo culpa mía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario