Podría llamarla y decirle que tenía razón, que las cosas no le van bien. Que, aunque no hay razones lógicas, hoy, ha
tenido un mal día. Contarle que se ha venido abajo por exceso de presión. Que
hace días que no duerme bien, que se ha fumado un par de cigarrillos porque le
pudo la presión, que come porquerías
sintéticas compulsivamente. Podría hacerlo, pero no lo va a hacer. Porque ella,
no es de las que llaman para contar sus penas. Le va más mentir y fingir que
está bien, o q ue está mal por asuntos sin
importancia. Inventarse cuentos como escusa, eso se le da bien. Tiene miedo,
sufre y, a menudo, llora pero no se queja. Ella nunca se queja.
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