miércoles, 10 de septiembre de 2014

Eres mi otra parte, mi yang



Desperté a media noche y al girarme ahí estabas, no te habías marchado corriendo, seguías tumbado a mi lado profundamente dormido y fue en ese momento cuando me di cuenta de que no había absolutamente nada mejor en el mundo que tenerte y es que me veo reflejada en ti mejor que en cualquier espejo, en tu mirada, en tu sonrisa... A tu lado, poco a poco, aprendo a querer sin destrozarte o destrozarme ni siquiera sabía lo bien que sienta dejarse querer, que surjan las cosas, cogerte de la mano y pensar que podría ir hasta el fin del mundo por ti. Darte un beso de buenas noches e irme a dormir sintiéndote al lado, así que digo adiós a mi anterior yo y ni me da miedo porque sé que mejoro a tu lado. Nada me había llenado como tu, arrasando todo lo anterior, desde que te conozco todo parece haber perdido el brillo que ahora te pertenece a ti, que pertenece a cada momento contigo aunque sea una peli en el sofá que ya vi mil veces o sentarnos en un banco a hablar. Es por eso que no puedo esperar a que llegues a casa y que no te suelto al abrazarte, que no me cansaré de decirte que te quiero. Eres mi otra parte, mi yang.

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