Desperté a media noche y al girarme ahí estabas, no te habías marchado corriendo, seguías tumbado a mi lado profundamente dormido y fue en ese momento cuando me di cuenta de que no había absolutamente nada mejor en el mundo que tenerte y es que me veo reflejada en ti mejor que en cualquier espejo, en tu mirada, en tu sonrisa... A tu lado, poco a poco, aprendo a querer sin destrozarte o destrozarme ni siquiera sabía lo bien que sienta dejarse querer, que surjan las cosas, cogerte de la mano y pensar que podría ir hasta el fin del mundo por ti. Darte un beso de buenas noches e irme a dormir sintiéndote al lado, así que digo adiós a mi anterior yo y ni me da miedo porque sé que mejoro a tu lado. Nada me había llenado como tu, arrasando todo lo anterior, desde que te conozco todo parece haber perdido el brillo que ahora te pertenece a ti, que pertenece a cada momento contigo aunque sea una peli en el sofá que ya vi mil veces o sentarnos en un banco a hablar. Es por eso que no puedo esperar a que llegues a casa y que no te suelto al abrazarte, que no me cansaré de decirte que te quiero. Eres mi otra parte, mi yang.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Eres mi otra parte, mi yang
Desperté a media noche y al girarme ahí estabas, no te habías marchado corriendo, seguías tumbado a mi lado profundamente dormido y fue en ese momento cuando me di cuenta de que no había absolutamente nada mejor en el mundo que tenerte y es que me veo reflejada en ti mejor que en cualquier espejo, en tu mirada, en tu sonrisa... A tu lado, poco a poco, aprendo a querer sin destrozarte o destrozarme ni siquiera sabía lo bien que sienta dejarse querer, que surjan las cosas, cogerte de la mano y pensar que podría ir hasta el fin del mundo por ti. Darte un beso de buenas noches e irme a dormir sintiéndote al lado, así que digo adiós a mi anterior yo y ni me da miedo porque sé que mejoro a tu lado. Nada me había llenado como tu, arrasando todo lo anterior, desde que te conozco todo parece haber perdido el brillo que ahora te pertenece a ti, que pertenece a cada momento contigo aunque sea una peli en el sofá que ya vi mil veces o sentarnos en un banco a hablar. Es por eso que no puedo esperar a que llegues a casa y que no te suelto al abrazarte, que no me cansaré de decirte que te quiero. Eres mi otra parte, mi yang.
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