domingo, 12 de mayo de 2013

241.


Porque cuando las lágrimas corrieron por mis mejillas, te fuiste corriendo tu también. Cuando me doblé sobre el váter, dijiste "Limpia luego" y te encerraste en la habitación. Por no escuchar cuando intentaba explicarte mi dolor. Por gritarme cuando te pedía que me abrazaras. Porque jamás creíste en mi, y conseguiste que yo tampoco lo hiciera. Que querías, madre? Que te perdonara? Cuando te des cuenta será demasiado tarde, yo habré crecido y me habré cansado de tus órdenes, de tus castigos, de tus gritos, de tus bofetones. No soportaré más tus gemidos por las noches, tus copas, las mañanas desayunando sola, limpiando sola, planchando, haciendo camas, sacando polvo, haciendo todo. Porque ya no tendré que hacerlo. Y créeme, mamá, cuando te digo que el día que salga por esa puerta, no volveré a pisar tu casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario