lunes, 24 de diciembre de 2012

202.


Y quizá, sólo quizá, tantas navidades pidiendo los mismos deseos hayan servido para algo. Porque al fin y al cabo, el abuelo vive dentro de mi, ha vuelto como pedí. Mi familia, la de verdad, mis amigos, mis hermanos y hermanas, ha vuelto a estar completa y unida. Y puede que si, que sea un padre, a lo mejor no nos une ningún lazo físico, pero está claro que se comporta como el padre con el que yo siempre soñé. Cada año, soy más fuerte, más madura, más inteligente, mejoro. Conozco gente nueva, por ejemplo este 2012 estuvo cargado a más no poder de bellísimas personas. Sí, hubo miles de decepciones, perdí mucho equipaje por el camino, lloré hasta que dolieron los ojos y la cabeza, y me estrellé numerosas veces. Pero lo importante es lo que aprendes, y cuando echo la vista atrás veo que las cosas buenas y las malas, me hicieron crecer como persona. Las personas que me apoyaron, y las que me hicieron daño también, al final todas me ayudaron. O quizá no me ayudó nadie, y crecí yo sola, me hice fuerte, me caí y me levanté, sola. Como siempre he estado, como siempre he luchado. Y aquí termina mi discurso navideño, espero que aprendáis de mis errores, entendáis mis situaciones y saquéis algo bueno de la vida adornada de esta pequeña soñadora.

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