martes, 27 de noviembre de 2012

197.


Quedamos todas las mañanas, desde hace tres años más o menos. No es alguien a quién le cuente mis cosas, es simplemente una persona que no pregunta, sólo está ahí. Recuerdo una mañana, el año pasado, eran las ocho y hacía mucho frío, él se sentó a mi lado como siempre, se sacó la cazadora y la puso por encima de nuestras piernas. No hablamos, fumábamos y nada más, apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos. Es alguien importante para mi, no por sus palabras de ánimo o consuelo, si no por sus silencios, porque sabe cuando dar un abrazo y no mete las narices donde no le llaman. Nunca se lo he dicho, pero es realmente importante para mi.

5 comentarios:

  1. Oh, yo no conozco a nadie así, pero seguro que debe ser fantástico conocer a uno.
    Besos, Amanda.

    ResponderEliminar
  2. Simplemente me encanta como escribes, es un mundo. Cuando leo tus textos es como si desconectara del mundo por unos minutos, me encanta. A veces me dedico a leer entradas anteriores... me gustan.
    Mil sonrisas.

    ResponderEliminar
  3. Muchísimas gracias, de verdad, este tipo de comentarios hacen que siga escribiendo, gracias por permanecer a mi lado durante todo este tiempo

    ResponderEliminar
  4. Muchísimas gracias, de verdad, este tipo de comentarios hacen que siga escribiendo, gracias por permanecer a mi lado durante todo este tiempo

    ResponderEliminar
  5. que lindo una historia así. Tal vez tus silencios se atrevan a gritarle algun dia lo importante que es

    ResponderEliminar