miércoles, 3 de octubre de 2012

176.


De rodillas en el baño y con tu carta en la mano, me dejé someter a las violentas náuseas que diariamente me asediaban. Llovía contra las ventanas y sobre mis mejillas, cuando caí sobre el suelo agotada. Ni siquiera ahora soy consciente de cuando cerré los ojos pero soñé con aquella vez que quedamos en el "Starbucks" y hablamos del frío, pero no pude hablarte del frío que me recorría la espalda y aprisionaba mi corazón. No, no hablamos de nada, y cuando terminé mi café, me alejé casi a la carrera. Me encendí un cigarrillo, y pensé en las miles de vueltas que da la vida. En que, al final, nosotros, que hasta en la cuna nos contábamos todo, terminamos como dos desconocidos, tomando un café y hablando del tiempo.

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