sábado, 14 de julio de 2012

140.


Es curioso, pero supongo que no debería sorprenderme pues hace poco menos de un año que te conozco y en ese corto lapso de tiempo has demostrado con creces que rompes todos mis esquemas. Que eres todo lo que yo jamás habría esperado y, quizá, tampoco lo que habría buscado en un hombre. Pero aquí estás, hablando conmigo a través del altavoz de mi móvil. Siguiendo con mi historia, es curioso el hecho de que hace un par de horas sufrí uno de los ataques de pánico más duros de mi vida pero si alguien me viera en estos momentos, no sospecharía lo más mínimo. Cuando te conocí, tomé la decisión de hacer las cosas bien, de empezar a cambiar, no entraba dentro de mis planes enamorarme de ti, ni mucho menos. Pero, de repente, estaba besándote en tu sofá, y desde ese momento no he hecho más que madurar. Mejorar, diría yo por eso es que aunque acabe de pasarlo fatal, aunque esté un poco resentida porque no me vinieses a buscar a la estación de tren, todo se arregla. Porque estoy hablando contigo, y las lágrimas corren libres por mis mejillas y por una vez, no me avergüenza llorar en público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario