martes, 6 de marzo de 2012

50.

En aquella fotografía salía cantidad de gente, pero yo solo veía a una persona. Mis ojos recorrían una y otra vez su cuerpo, su cara, sus labios... Estaba medio de lado, agarrando a un amigo por los hombros. Sonreía a la cámara. El pelo más largo que como lo tenía la última vez que lo vi. Ligeramente mojado de haber estado haciendo parkour por las plazas coruñesas. No podía parar de mirarlo. Y entonces me venía a la cabeza la conversación de ayer, me acordaba perfectamente de cada palabra que escribiste. Y no paraba de sonreír pensando en lo feliz que sería si pudiera comerte.

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